MONTECRISTO Nº 2

«La felicidad es como esos palacios de cuentos de hadas cuyas puertas están guardadas por dragones: hay que luchar para conquistarla.»
El Conde de Montecristo – Alejandro Dumas

  • Capa: Cuba (Vuelta Abajo)
  • Capote: Cuba
  • Tripa: Cuba
  • Medidas: 6.1 de largo (156 mm) x 52 de calibre (20.64 mm de diámetro)
  • Nombre de la casa: Montecristo
  • Fábrica: H. Upmann
  • Tiempo de fumada: 75-90 minutos

Hay prendas de vestir que, disculpen el pareado, son para lucir. Vas paseando por la calle y el populacho ya presiente que uno va de domingo: pinturero, niquelado y pintón. De esos días que te levantas con el ánimo encendido y todo el mundo es consciente de ello. Se huele en el ambiente que el caballero o la señorita que se acaban de cruzar se traen algo interesante y gordo entre manos.

Y en estas nos encontramos que, cuando un aficionado introduce su mano en el bolsillo interior de la prenda que cobija el cigarro, el gentío se percata de la relevancia del momento y el respeto que se le otorga a la celebración con la que se maridará un tabaco como el de hoy.

Montecristo no es ya sólo una de las marcas más prestigiosas del mundo, sino que esta vitola, la número 2, es quizás su tabaco más reconocido, buque insignia de la casa y culpable en gran parte de la fama y relevancia del habano en el mundo. Cuando alguien se enciende un «Monte del 2», debería ser consciente del legado, la tradición, pasión e historia viva y artesana de un cigarro cuyo mito se encuentra por encima de su figura; sin desmerecerla, por supuesto.

Una vez aclarado este punto, los miembros del Winterthur Ten Club nos planteamos la posibilidad de no realizar la cata de este tabaco por varias razones que creemos, podrán comprender:

1-Es un cigarro ámpliamente reseñado y una nueva reseña no va a aportar nada nuevo en el panorama tabaquero.

2-Lo hemos disfrutado tantas veces que, nosotros, amantes de la novedad, tendemos a acercarnos a tabacos que hayamos fumado en un menor número de veces.

3- Por muy amantes del tabaco cubano que somos, reseñar un mito como el Nº2, impone respeto.

Empero uno se para a pensar en la relevancia e historia de este cigarro puro y comprende que cualquier página que se precie que quiera honrar al mundo del tabaco, debería tener entre sus filas una reseña de este cigarro tan emblemático. Así que dispuestos a respetarlo, esperamos que disfruten de este artículo.

Montecristo Nº2 es un tabaco contundente en mano. Tanto su formato; pirámide, como el color carmelita oscuro de su capa, le otorgan al portador una elegancia y fuerza en sintonía con los matices que nos va a ofrecer el cigarro. Adornado con una anilla con detalles cobrizos ligeramente actualizada, se queda algo tosca y simplona si la comparamos con el tamaño del cigarro en cuestión y con otras ediciones de la propia marca, donde sí le han sabido dar a sus anillas una presencia acorde a lo esperado.

Dispuestos a disfrutar de nuevo de un tabaco ampliamente fumado, dedicamos los instantes previos a olerlo, detectando los ya tan característicos toques a cuero, cedro, tierra y ligeras especias, para a continuación llevarlo a la boca y paladear los chocolates amargos, el heno y una cremosidad algo compleja de describir, eso sí, presente durante toda la fumada. Alejada de los perfiles más dulzones y chocolateros, se podría definir como una cremosidad vegetal, que nunca despunta, pero que siempre aporta balance y equilibrio.

Armados con nuestros encendedores, prendemos la llama y comenzamos a quemar con cuidado el pie del tabaco.

Las primeras caladas se muestran contenidas y no es la primera vez este hecho nos ha pillado con la guardia baja. Tendemos a recordar al Nº2 como un tabaco potente, no exageradamente desbocado, pero sí con la suficiente fortaleza como para tenerle cierto respeto. En cambio, sus primeras caladas son más suaves de lo esperado. Según va avanzando, el propio tabaco se encarga progresivamente de situarse en esa fortaleza media-fuerte que le caracteriza.

Recuerdos a heno, pimienta blanca y un ligero café acompañan cada calada, regalándonos un primer tercio agradable, contenido y sabroso, mostrando las cualidades y sabores que irá desarrollando en los siguientes tercios. Es un momento para disfrutar de cada calada e ir comprobando cómo evoluciona, adapando nuestro paladar a los crecientes amargos y a la complejidad que va mostrando paso a paso.

El humo anuncia el cambio y se va mostrando más denso y blanco, elevándose sobre nuestras cabezas e inundando el espacio que ocupamos. Dejando caer la ceniza o animándola con un ligero giro sobre el cenicero, nos adentramos en el segundo y «mejor» tercio para los abajo firmantes. Siempre lo hemos definido como el tercio de las tres ces: cacao, cuero y café. Un cacao amarguito, acompañado de notas de café tostado y un ligero cuero que ha ido ganando presencia según caían los rodales. La boca se llena de aromas balanceados y a la vez intensos, todo envuelto en una sutil cremosidad terrosa que viste cada calada. Si hubiera que explicarle a una tribu perdida en las profundidades de una cueva qué es el tabaco; dejándoles claro que el humo no se traga, les invitaríamos a catar este tercio, sin lugar a dudas

Extasiados ante lo ya disfrutado, nos adentramos en territorio, no hostil, si bien, oscuro. Sabores amargos, maderas viejas, tierras negras como el carbón y cafés más solos que un ermitaño se entremezclan para otorgarnos un final contundente que le pide al cuerpo un ligero respiro con la intención de asimilar la experiencia vivida.

Pese a las dudas iniciales sobre la necesidad de reseñar el que quizá sea el tabaco más conocido del mundo, nos miramos sabedores de haber cumplido con nuestro cometido. No puede haber página, blog, artículo, recopilatorio, alabanza o enciclopedia que quiera ser lo que pretende vender que no tenga este tabaco entre sus reseñas.

Conclusión

Entre tanto lanzamiento, novedad, ediciones limitadas, revisiones y demás zarandajas, nunca es mala idea volver de vez en cuando a los clásicos. Si están ahí, es por algo. Un Montecristo Nº2 nunca defrauda (puede defraudar Habanos S.A.) pero si el cigarro sale bueno, es mucho más sencillo comprender por qué este tabaco nos enterrará a todos y seguirá por los siglos de los siglos siendo referente para todo hijo de fumador. Es por todo ello y más que el Montecristo Nº2 entra a formar parte de nuestra colección Obras maestras.

Momento y maridaje

Recomendamos fumar este tabaco tras una copiosa comida, dejando el tiempo necesario para fumarlo despacio y relajado.

  1. Whisky:
  • Lagavulin 16
  • GlenDronach 18 Allardice

2. Ron:

  • Foursquare 2008 (Exceptional Cask Series)
  • Havana Club Selección de Maestros

3. Otros:

  • Café Ristretto intenso
  • Toro Albalá Don PX Gran Reserva 1987

Valoración final

Apariencia (8/10)

  • Capa exterior → 4,5/5
  • Diseño de la anilla → 3,5/ 5

Construcción (17/20)

  • Cantidad de tabaco → 4/5
  • Tiro → 13/15

Combustión (8/10 )

  • Ceniza → 4,5/5
  • Humo → 4,5/5

Evaluación por Tercios (56/60)

  • Primer tercio → 18/20
  • Segundo tercio → 20/20
  • Último tercio → 18/20

Puntuación total: 89/100

Experiencia personal (no influye en la nota final)

  • Relación calidad/formato/precio → (6,5/10 puntos)
  • Sensación global → (9/10 puntos)
  • Fortaleza → (7,5/10 puntos)

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